AISLAMIENTOS (1967-1985)

 

Son sus “aislamientos”, denunciadores de la soledad, la alineación y el cautiverio interior, a modo de reflexión sobre la soledad e incomunicación del individuo empequeñecido frente a una sociedad deshumanizada por la técnica; una llamada de alarma ante los alienantes efectos derivados del progreso industrial y la moderna sociedad de consumo.

 

Anzo había establecido una feliz conjunción entre sus conocimientos aprendidos de las artes gráficas. Su innovadora obra, preñada de vocación experimental, a través de la cual llevaría a cabo una aportación por todos reconocida; en la que decide prescindir de la pintura convencional, ensayando una nueva técnica: fotograbado y dibujo sobre aluminio, con posteriores veladuras de color.

 

Desaparece en su temática el carácter irónico y simplifica sus composiciones. Esta peculiar sobriedad de los aislamientos acentuaba su procurado lenguaje neo-objetivista, implacable, cruel, frio…, al igual que los resultados de las técnicas de reproducción mecánica. De ellos emanaba cierto misterio, yo diría que hermético, como el del aislamiento de esos hombres solos entre máquinas de comunicación y transmisión de mensajes, individuos en soledad triste y aséptica, estáticos y mudos, absortos en su impenitente quietismo.

 

Entre 1981-1985 Anzo inicia como homenaje, a modo de dedicación final Aislamiento 82-D. Homenaje a Eusebio Sempere (1981) y Homenaje a F.Léger (1991). Rubricaba así sus aportaciones al ámbito del Mec Art, con sus “aislamientos“ que le situarían en el nivel de los más destacados innovadores del arte contemporáneo español.